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Nunca me hubiera imaginado viajar a Rusia
Los rusos tienen muy mala fama.
Aunque para eso viajo, para ver con mis propios ojos si esos estereotipos que nos hacen creer son verdad o no.
Antes de ir, me preguntaba ¿Será peligroso ir a Rusia? ¿Cómo saco la visa? ¿Cómo organizo la ruta del transiberiano? ¿Hará frío? ¿Y si no entiendo nada de ruso?
Pues hoy, después de dos meses, es mi último día en Rusia, y le he dado respuesta a todas esas preguntas.
Así que brindemos con un vodka que hay lectura y podcast para rato.
PODCAST DIARIO DE MI VIAJE POR RUSIA
- Día 41 Mi primer tren del viaje y llego a Moscú
- Día 42 Mi primer día en Moscú y las curiosidades que probablemente no sabías
- Día 43 Un sorprendente día soleado en Moscú
- Día 44 A 84 metros bajo tierra en el metro de Moscú
- Día 45 ¿un Disneyland en Moscú?
- Día 46 El Museo de historia de los Gulags
- Día 47 La ceremonia de té rusa
- Día 48 Disparo una AK74
- Día 49 ¡¡Marchando una sopa rusa casera!! ¿alguien quiere la receta?
- Día 50 Parque Nacional Elk Island
- Día 51 El Museo cosmonautico y la perrita Laika
- Día 52 Moscú me da pereza
- Día 53 Me convierto en guía del metro de Moscú, por un día
- Día 54 celebro la llegada del invierno de una forma loca (no he vuelto a disparar un arma, tranquilxs)
- Día 55 Un mercado hipster en Moscú
- Día 56 Dejo Moscú nevando
- Día 57 Transiberiano hasta Kazan
- Día 58 El templo de todas las religiones
- Día 59 Hacer turismo bajo cero por el Kremlin de Kazan
- Día 60 Kazan, una ciudad de leyendas y dragones
- Día 61 Antiguo asentamiento tártaro
- Día 62 Último dia en Kazan
- Día 63 Ruta del Transiberiano camino a Ekaterimburgo en un tercera clase
- Día 71 Llego a una nueva región al sur de Siberia, Barnaul (en un coche soviético)
- Día 72 Mi experiencia a -20° bajo cero
- Día 73 De los -20 a los – 30 y me voy a la primera clase
- Día 74 y 75 Dos días aburridos hacen 1 interesante ;). Paseando por Barnaul
- Día 76 Me estreno como profesora de inglés en Rusia
- Día 77 Qué puto frio
- Día 78 Decisiones diarias a las que te enfrentas cada día en Siberia
- Día 79 ¿Decir que eres lesbiana ara ayudar?
- Día 80 Una conversación por un Tour por la ciudad
- Día 81 Hago ski en un bosque único en el mundo (junto los otros 4 que hay en el planeta jeje)
- Día 82 Me reafirmo, no me gusta ser profesora
- Día 83 El problema de todo, se solucionaría desde la base
- Día 84 El café aquí, te puede salir muy caro
- Día 85 Llego a otro pueblo ruso (Pospelikha)
- Día 86 ¿son machistas los rusos?
- Día 87- ¿Cuánto me he gastado en el mes de noviembre viajando?
- Día 88 ¿Por qué viajo? Las dos caras de la moneda
- Día 89- Adiós Barnaul. El balance de mi experiencia
- Día 90 El viaje pone a prueba mi paciencia
- Día 91 Hola desde el baño del Transiberiano
- Dia 92 32 horas en el tren… ¿Cómo te haces un cafe en el Transiberiano?
- Día 93 Baikal, el lago más profundo del mundo
- Día 94 Durmiendo en un hostel cerca del lago (Belka hostel)
- Día 95 Port Baikal. La joya escondida del lago Baikal
- Día 96 Cuando escuchas a tu cuerpo
- Día 97- Da igual donde sea, cada amanecer es único
- Día 57 Transiberiano hasta Kazan
- Día 63 Ruta del Transiberiano camino a Ekaterimburgo en un tercera clase
- Día 68 Experiencia en la primera clase del Transiberiano
- Día 91 Hola desde el baño del Transiberiano
- Dia 92 32 horas en el tren… ¿Cómo te haces un cafe en el Transiberiano?
- ESPECIAL- Todo lo que necesitas saber acerca del Transiberiano
VIDEO DE CADA ETAPA POR RUSIA
LLEGO A MOSCÚ
EN SIBERIA
LA MEJOR ETAPA: BAIKAL
MIS PENSAMIENTOS ESCRITOS
Caminé con paso acelerado, estaba anocheciendo y no quería perderme el primer vistazo de la famosa plaza roja.
Ahí estaba, a lo lejos, el icono de Moscú: la Catedral de San Basilio con sus 9 cúpulas coloridas.
Me parecía increíble estar allí delante, aunque así era. Después de mes y medio de salir de Edimburgo, estaba en Rusia.
Aún recuerdo cómo me felicitaba todo el mundo cuando logré la visa en tan solo 2 intentos en lugar de los 5 que todo el mundo necesitaba.
Pasé 2 semanas, en Moscú y aunque conocí muchos rincones y aprendí un montón de historia acerca del Metro de Moscú, ya que uno de mis trueques era ser guía, la ciudad me daba “pereza”.
No sé si era a causa de lo grandísima que era, del inicio del frío o de la contradicción que hay entre el lujo que rebosa la ciudad versus el gran problema social que afronta la población.
La realidad es que en Moscú, mucha gente local tiene que vivir en hostels porque no puede pagarse un alquiler. Viví el problema de cerca, ya que compartí ese tiempo con ellos en el hostel.
El caso, que después de comer la mejor sopa borsch que probé en todo el viaje, puse rumbo a Kazán, la ciudad de los dragones.
Allí me alojé con Elvira, una mujer de la etnia tártara, a la cual ayudé a editar un video y le aporté un par de hábitos saludables en su día a día.
Kazán me gustó mucho, es la ciudad que más me ha gustado de Rusia.
Me encantó visitar el Templo de todas las religiones, un ejemplo de respeto, del cual sólo existen dos en todo el mundo. Así como el Kremlin y sus museos, en los cuales aprendí mucho de la etnia de esa zona.
De Kazán viaje a Ekaterimburgo, en un tren de tercera clase, tan viejo que ir al baño era todo un sufrimiento.
Aunque una vez llegué allí, estaba Yuri, el chico de couchsurfing para recibirme y llevarme a su apartamento, el cual pensaba que íbamos a compartir, pero no fue así. Durante los siguientes días tuve la privacidad que tanto había estado necesitando durante las últimas semanas.
Allí, además de conocer locales a través de grupos de conversación de inglés, hice un trekking con la familia de Yuri, el cual me llevó con la mejor intención del mundo, pero acabé con los pies doliéndome del frío, e imaginándome como poco a poco mis dedos empezaban a tener color negruzco.
Nunca sucedió, todo fueron imaginaciones mias a causa del dolor y entumecimiento.
Aunque mis experiencias en Ekaterimburgo no acabaron ahí.
Otro contacto de couchsurfing, Bob, me invitó a una fiesta rusa a cambio de ir al colegio de su hijo a dar una pequeña charla y concienciar a los alumnos de la importancia de aprender idiomas.
Por supuesto acepté, y después de firmar autógrafos y hacerme miles de fotos cual famosa delante de la pizarra del colegio, en la fiesta rusa descubrí que les encanta el karaoke y que no importa que la temperatura exterior sea de -10º, que allí la barbacoa no falta.
Viajando en primera clase del transiberiano, llegué a Novosibirsk, donde pasé solo 3 días antes de poner rumbo a Barnaul, al sur de Siberia.
Lo más notable fue la forma en la que llegué, en un auténtico coche soviético, en un Volva del 74, que de casualidad contacté a través de Bla bla car.
Durante más de dos semanas, estuve dando clases de inglés y español en esta ciudad.
Hasta el momento, ha sido el trueque que menos me ha gustado. Terminé sintiendo que era un trabajo. Involucraba muchas horas tanto de clase como de desplazamiento bajo una sensación térmica de -34º, que se convertían en un infierno cuando el autobús tardaba más de 10 minutos en venir.
Fué el primer intercambio donde sentí que la balanza no estaba equilibrada. La casa donde me alojaba, además de sucia, teníamos inquilinos extra: cucarachas. Ya te puedes imaginar el resto.
A pesar de los inconvenientes, tuve una muy buena experiencia dando una charla en un instituto, donde tomé una decisión referente al mundo LGBTQ, y mi responsabilidad como miembro de la comunidad de ahora en adelante.
Además hice ski de fondo en un lugar privilegiado. En un bosque de forma alargada (más de 500km) del cual tan solo existen 4 más en el mundo.
Aunque lo mejor estaba aún por llegar.
Después de viajar en el tren transiberiano más de 30 horas, en las cuales los rusos me volvieron a mostrar su lado más amable, puse rumbo a Listvyanka, un pequeño pueblo a las orillas del lago Baikal.
Allí tenía apalabrado un trueque, donde contaría mi experiencia en el hostel Belka durante 4 días, a cambio de quedarme allí.
La realidad fue que me sentí tanto en casa, que propuse alargar mi estancia a cambio de realizar una estrategia de marketing para las redes sociales del hostel.
Pero dejemos el alojamiento de lado y centrémonos en la emoción que sentí cuando estaba de frente a esa inmensidad.
¡Había llegado al lago más profundo del mundo!
Cuando miré hacia atrás y vi todo el camino recorrido, se me saltaron las lágrimas. Para mí era un objetivo, el cual parecía muy lejano, y allí estaba.
Había llegado sola, había cruzado una gran parte de Rusia y me demostraba a mi misma de lo que era capaz.
La semana a orillas del lago no pudo ser mejor.
Coincidí con viajeros muy afines a mí, especialmente Ralp, el cual me deleitó con su habilidad como cocinero. Hicimos varios trekkings, vimos el amanecer, el atardecer e incluso sobrevivimos a 6 horas de frío al otro lado del lago, en Port Baikal.
Otra viajera con la que compartí, por desgracia, solo un par de días, fue Carla. Una auténtica inspiración. Estaba viajando de Barcelona a Vietnam casi todo por tierra y haciendo autostop. Y ahora está de vuelta a casa, ¡pero en bicicleta!
Al final, creo que el lago Baikal fue tan especial para mí por la gente con la que compartí, por el lugar acogedor que encontré que me hizo sentir como en casa, y sobre todo por la energía que rodea el lago.
Aunque si quieres energía más intensa aún, te recomiendo la isla de Olkhon.
Tras mucho reflexionar, decidí dedicarle 3 días.
Compartí viaje con Ralp. Y ambos nos fuimos en un movido viaje con borracho incluido, al norte.
Lo más impresionante del trayecto, fue el sonido del hielo rompiéndose tras el paso del barco. La realidad es que los locales alrededor se reían de verme tan sorprendida, pero nunca había escuchado un sonido igual, y por desgracia, no pude ver el lago completamente congelado como a mi me hubiera gustado, así que ese simple hecho era especial para mi.
La isla de Olkhon fue un acierto. La piedra del chamán es un lugar mágico, que aunque el turismo se haya apoderado de él, no deja de ser uno de los lugares sagrados más importantes de Asia.
Y lo bueno de viajar a Rusia en invierno, es que pude disfrutar del lugar casi sola.
Y así terminé mis 2 meses en Rusia, con necesidad de un mejor clima, aunque muy satisfecha.
Rusia me ha hecho romper muchos estereotipos que lamentablemente tiene adheridos.
Los rusos son muy amables, siempre intentan ayudar y me han abierto las puertas de sus casas sin dudarlo.
Si no me crees, prueba a utilizar couchsurfing y comprobarás que tienes que rechazar muchas peticiones de alojamiento por las muchas que recibes.
Si quires saber más datos de utilidad acerca de Rusia, te cuento todo aquí.
EXPERIENCIAS LOGRADAS EN RUSIA SIN QUE EL DINERO FUESE IMPORTANTE
- Vivir en Moscú 2 semanas
- Aprender hacer una sopa Borsch
- Hacer un tour por el metro de Moscú.
- Aprender la ceremonia del té rusa.
- Ir a un club de inglés con gente local en Kazan
- Descubrir y probar gastronomía tártara de la mano de una auténtica tártara
- Ir a un colegio público ruso en Ekaterimburgo
- Ir a una fiesta auténtica rusa en Ekaterimburgo
- Hacer un trekking por Siberia
- Dar clases de inglés y español En Rusia
- Dar una charla en un colegio publico en Barnaul
- Vivir 2 semanas en Siberia y experienciar el frío.
- Tour por la ciudad de Barnaul con una local.
- Disfrutar 7 días al lado del lago Baikal.
- Sesión de fotos al lado del lago Baikal.
Ahora que ya te he contado mi experiencia en Rusia, quizá te he despertado el gusanillo de conocer el país…
LO QUE NECESITAS SABER PARA VIAJAR A RUSIA
VISADO PARA VIAJAR A RUSIA
Lamentablemente, si quieres viajar a Rusia, necesitas visado.
No es sencillo conseguirlo porque se necesitan muchos papeles aunque no es imposible. ¡Yo lo conseguí!
Tienes dos opciones, solicitar el visado por 30 días, o por 90. El de 90 días es multientrada, lo que significa que podrás entrar y salir las veces que quieras del país.
A mi que me gusta viajar despacio, no quería la presión de los 30, así que para hacer la ruta del transiberiano tranquilamente, pedí el de 90.
¿Dónde sacar el visado para Rusia?
¿Qué papeles necesitas para el visado ruso?
- Formulario de solicitud de visado rellenado y firmado
- Una fotografía original (no vale fotocopia) de tamaño 3×4 (tamaño carnet)
- Pasaporte para viajes al extranjero con validez mínima de 6 meses
- Seguro de asistencia en viaje.
Cuidado aquí con el seguro.
Tiene que indicar qué es válido para Rusia, o que ponga mundo.
Si solicitas el visado de 90 días. Este visado te permite en un periodo de 6 meses, estar 90 días. Por tanto el seguro tiene que cubrir esos 6 meses.
Yo lo hice con Chapka y no tuve problema.
5. Visa Suport.
Esto simplemente es un negocio. Necesitas las reservas de hotel de cada ciudad.
Tanto si vas hacer el transiberiano, como si no, puedes solicitar tu carta de invitación aquí.
Es la más barata que encontré y muy bien.
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