Seamos sinceras, viajando se aprende.
Muchas veces incluso más que sentada delante de una pizarra.
El problema es que no nos paramos a reflexionar qué hemos aprendido. Aunque esto no sólo ocurre en el ámbito de los viajes, ocurre en nuestra vida en general.
Hace ya varios años que empecé en el mundo del blogging, y reconozco que a veces me he frustrado porque no todo salía como quería, pero si me paro a pensar, y a reflexionar lo mucho que he aprendido desde que empecé, tengo que sentirme orgullosa.
Y lo mismo ocurre con los viajes.
Desde mi punto de vista, viajar tiene que ser un aprendizaje en sí mismo. Aunque para que esto ocurra, tenemos que ir predispuestas y sobre todo ser conscientes.
A día de hoy, mientras escribo éste post, tengo decenas de viajes a mis espaldas. Desde México, Colombia, Ecuador, Perú hasta los más cercanos como Turquía u otras partes de Europa.
Pero tengo la espinita de no haber viajado sola durante una larga temporada, de hecho, por esa razón nace éste proyecto.
Soy consciente de que he aprendido mucho en todos esos viajes, aunque también siento que debo hacerlo más. Así que para apoyarme en esta lista, voy a recurrir a los aprendizajes de otras experimentadas viajeras.
Probablemente más adelante vaya editando éste artículo, porque al igual que nosotras, nuestros aprendizajes también evolucionan.
Vamos con la versión 1.0.
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LOS MEJORES APRENDIZAJES DE VIAJAR SOLA
1-Libertad.
Muchas mujeres han vivido bajo una opresión, ya sea familiar como socialmente hablando, y ha sido después de estas experiencias en solitario en las que han probado el sabor de la libertad, se han vuelto adictas a ellas.
Tanto Isabel como Ani, me comentaron que sintieron mucha liberación al poder elegir que hacer en cada momento. Las comprendo al 100%.
Cuando viajas sola, tienes la libertad de poder elegir cuanto tiempo quieres pasar sentada mirando un paisaje, disfrutando de una taza te café, o leyendo bajo el sol.
Cuando viajas sola te escuchas a ti misma.
2- Tú por delante de todos
En los primeros viajes, hay gente que piensa que por el simple hecho de viajar, vas a sentir una conexión con cada viajero que pase por delante.
A la hora de la verdad no es así.
Es lógico, no todos tenemos ni el mismo carácter ni las mismas necesidades.
Cuando viajas acompañada te ves en la obligación de buscar un equilibrio entre tú y la otra persona, en cambio, viajando sola no.
Tu equilibrio está en tí y tienes que cuidarte.
3- Aprendes sobre ti misma.
Éste ha sido el mayor aprendizaje para todas las viajeras a las que he entrevistado. Todas han coincidido.
Eli aprendió, que viajar tranquila y sin prisa, era el tipo de viaje que le gustaba.
Esther, aprendió a que era capaz de todo, y que no necesitaba un nivel de inglés experto para poder desenvolverse en sus viajes.
Eva aprendió cuales eran sus fortalezas y debilidades.
Andrea logró gestionar el miedo que le impedía viajar, así como aprendió a manejar las emociones.
Sara, aprendió a aplicar todo lo que descubrió sobre sí misma en su día a día. Se dio cuenta que si fue capaz de superar los obstáculos en un viaje, podía hacerlo igual en su vida diaria.
Como nos ocurre a todas, uno de los mayores aprendizajes que suceden durante y después de un viaje, es a nivel personal. Y es que pasando 24 horas al día con nosotras mismas, es normal que nos cuestionemos aspectos propios que más adelante evolucionen o tomen sentido.
Aunque el aprendizaje de emociones es uno de los más repetidos, también hay otros.
4- Paciencia
Yo, personalmente me considero una persona impaciente. Me gustan las cosas rápidas y a mi manera.
Aunque, después de viajar y de tener muchas experiencias donde tuve que relativizar lo que era rápido y lento, comencé a educar mi paciencia.
Aprendí a aceptar que cada persona tiene sus tiempos, y formas de hacer las cosas.
Y es que si no aprendes y te adaptas, la impaciencia terminará transformándose en ira.
5- Aprender a improvisar
Sé lo imprevisible que pueden ser los viajes. Aunque espero aprender e interiorizar éste concepto mejor.
Reconozco que me gusta planear y tener las cosas controladas, por ello cuando no suceden como espero, digamos que mis emociones, brotan.
Soy consciente y es algo que quiero cambiar, así que he comenzado no planeando nada de forma concreta en esta vuelta al mundo.
Quiero dejarla un poco a la improvisación, y teniendo en cuenta que mi principal forma de cambio será el trueque, tendré que aprovechar las oportunidades que me lleguen.
6- Rompes mitos.
¿Quién no ha escuchado que los australianos son “easygoing” (despreocupados)? ¿Qué los ingleses son hipócritas, que los alemanes no tienen sentido del humor o que los españoles somos unos vagos porque dormimos la siesta?
Viajar te hace darte cuenta de los mitos y las verdades de cada lugar.
Probablemente también rompas todos estos mitos cuando viajas acompañada, aunque cuando lo haces por tu cuenta, se suele observar más, y entras en contacto con los locales; dándote pie a que compruebes esas falsas creencias, o generes nuevas, quien sabe.
7- Relativizas los problemas.
Debo reconocer, que a día de hoy aún me falta aprender más éste punto.
Por el contrario, otras viajeras como Alicia Sornosa o Isabel, han aprendido que todo ser humano en cualquier parte del planeta, busca lo mismo: la felicidad.
Y que una vez que teniendo todas las necesidades básicas cubiertas, no somos tan distintos los unos de los otros.
Durante los viajes tus necesidades cambian, así como también lo hacen tus problemas.
Te das cuenta que la gente que vive en las favelas no tiene las mismas preocupaciones que el que vive en Arturo Soria en Madrid, o el que vive en una selva.
Y cuando vuelves a tu día a día, la importancia que le dabas a ciertos aspectos antes de viajar, desaparecen.
8- Solidaridad
Un viaje siempre va a tener las dos caras de la moneda.
Josune estuvo en Bolivia, y allí aprendió lo que era la solidaridad y la generosidad. Comprobó que el que menos tiene, es el que más te ofrece.
Además aprendió como a pesar de las crisis económicas y políticas, la alegría aún rebosaba en las personas basándose en la simpleza de las cosas.
9- Respeto empático.
Al final éste post va a parece un post de autoayuda, pero si has viajado me entenderás.
Cuando sales de tu zona de confort, tus ojos ven tantas cosas diferentes, que cuando vuelves, tu empatía y respeto por los demás es diferente.
Nunca he creído en las diferencias entre las personas aunque hayan nacido en otros lugares, pero si es cierto que cuando visitas un país y contactas con su población, generas un cierto vínculo. Así que, es normal, que cuando te encuentres con alguien de allí, vas a generar un grado extra de empatía.
Elisa de revolution on the road, te lo explica a la perfección aquí. Su idea de que viajar radicaliza me parece muy acertada en cierto modo, así que te invito a que la leas para tener opinión propia.
Para que me entiendas mejor. En mi caso, después de haber vivido 9 meses en México, cada vez que me encuentro con un mexicano, pregunto de qué parte es, y normalmente se entabla una conversación diferente a nivel empático que probablemente, no ocurra con otra persona que nunca ha estado allí. Y eso es debido a que ese lugar me genera recuerdos. Y psicológicamente, lo que asociamos de alguna forma a nosotros mismos, se respeta más.
10- Tolerancia
Este aprendizaje, lógicamente, está ligado al anterior.
Estar en contacto con gente distinta y entender el porqué de sus costumbres te hace ser más tolerante una vez que vuelves a tu país.
Puede que tengas una opinión diferente a la que tienen ellos, pero no por ello significa que no lo respetes y toleres.
Aprendes a no juzgar lo distinto.
Viajar lleva implícitos mucho más aprendizajes, aunque para ésta versión 1.0 creo que es más que suficiente.
Probablemente después de unos meses viajando, la versión evolucione a una 2.0, quien sabe.
Y me despido con una reflexión que hizo Isabel en una de sus charlas que me pareció perfecta para dejarte pensando un poco más sobre ti misma:
Si no tienes en tu naturaleza, ser auto-suficiente, cuando dejas de viajar por una temporada, se va perdiendo ligeramente esa autonomía. Vuelves a consultar a tu pareja, y a tu alrededor.
Así que viajar sola debería ser un ejercicio a practicar de vez en cuando durante toda la vida para no perder ese empoderamiento que se logra con los viajes.
Te espero en los comentarios para que me cuentes tus aprendizajes.
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Rosa Puig says
Me encanta tu proyecto. Las frases de las viajeras son para coger la mochila ya. Gracias por quitarnos miedos. Un abrazo y ¡a viajar!
Yo estoy haciendo planes…
Marta Negro says
Genial Rosa!!!
Ese es el propósito de las frases, impulsar a viajar más 🙂
Un abrazo
Gemma says
Pure freedom, you can really be yourself becouse not conditionate from the people that already know you.
Marta Negro says
Be ourselfs in the end is the purpose of every trip 🙂 <3